Si yo fuera Consumidor
Si yo fuera Consumidor en Costa Rica, tendría claro que mi poder no está solo en la billetera, sino en mis decisiones diarias. Un consumidor informado y exigente puede cambiar un mercado más que cualquier ley.
- Exigir calidad y transparencia
No compraría productos o servicios sin conocer claramente su precio, condiciones y garantías. Si las empresas esconden información, simplemente no les daría mi dinero. - Apoyar la competencia
Evitaría consumir siempre en las mismas grandes cadenas. Daría oportunidad a pequeños negocios y productores locales, porque fortalecen la economía del país y generan empleo. - No tolerar abusos
Denunciaría ante el MEIC, la Defensoría del Consumidor o Sutel cualquier cobro indebido, publicidad engañosa o mal servicio. El silencio del consumidor es el mejor aliado del abusador. - Consumo responsable
Reduciría el desperdicio, reciclaría y elegiría opciones sostenibles siempre que sea posible. No se trata de consumir más, sino de consumir mejor. - Información como defensa
Me informaría antes de firmar contratos, aceptar créditos o comprar tecnología. Leer la letra pequeña es un acto de defensa personal frente a un mercado que muchas veces busca aprovecharse de la ignorancia. - Unir la voz del consumidor
Participaría en asociaciones, foros y movimientos de consumidores. Cuando se reclama en conjunto, las instituciones y empresas reaccionan con más rapidez.
En resumen: si yo fuera Consumidor, no sería pasivo ni conformista. Sería exigente, responsable y consciente de que mi decisión de compra tiene el poder de premiar a los buenos proveedores y castigar a los abusivos.