Si yo fuera Activista
Si yo fuera Activista en Costa Rica, tendría claro que mi voz debe servir para visibilizar problemas, defender derechos y proponer cambios concretos, no para dividir ni para lucrar con causas legítimas.
- Causas con fundamento
Escogería una causa clara y la defendería con datos, estudios y testimonios reales. La fuerza de un activista está en la verdad, no en el ruido. - Incidencia pacífica y estratégica
Usaría medios legales, manifestaciones ordenadas y campañas públicas inteligentes. La protesta no debe ser vandalismo, sino una forma de abrir diálogo y generar soluciones. - Trabajo con comunidades
No hablaría “en nombre de la gente” sin escucharla primero. Un activista debe estar en el campo, en los barrios, en las comunidades, conociendo de cerca lo que quiere defender. - Uso responsable de las redes sociales
Difundiría información verificada, evitando la desinformación o el sensacionalismo. Un activista que miente pierde credibilidad y debilita la causa. - Vinculación con instituciones
No me limitaría a denunciar; también buscaría mesas de trabajo con autoridades y sectores productivos. La incidencia real ocurre cuando la protesta se convierte en propuesta. - Protección de los derechos humanos
Priorizaría a las poblaciones más vulnerables: mujeres, niños, personas con discapacidad, migrantes, comunidades indígenas y ambiente natural. Ser activista es poner el cuerpo donde otros no tienen voz. - Coherencia personal
Viviría de acuerdo con lo que defiendo. No se puede luchar contra la corrupción siendo corrupto, ni por el ambiente mientras se destruye en lo privado. La credibilidad nace del ejemplo.
En resumen: si yo fuera Activista, buscaría transformar la indignación en acción organizada, responsable y honesta, para que cada causa justa se convierta en un cambio real para la sociedad.